Hola a tod@s, Hasta el momento todas las medidas que se han tomado tan sólo hacen alusión, al trabajo físico de protección frente a la enfermedad. Por su puesto, que como ciudadanos debemos tenerlas en cuenta, ya que las mismas vienen desde las más altas esferas del mundo académico y científico. Pero no es menos cierto, que la propia inmadurez de la población antes estas afirmaciones tan rotundas, ha creado lo que vengo a llamar “psicosis colectiva”.

¿Cuáles podrían ser las consecuencias de la misma?

Hablemos de dos científicos de renombre internacional, el primero el Dr. Bruce Lipton. ¿Quién es Bruce Lipton? se trata de un biólogo celular, cursó sus estudios en la Universidad de Virginia y luego se unió al departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de Wisconsin y ha colaborado en la Universidad de Standford y otras. Ha realizado varias investigaciones: distrofia muscular, clonación de células madre entre otros. Pero sus trabajos se centraron en los mecanismos moleculares que controlan el comportamiento de las células.

El Dr. Bruce Lipton, afirma de manera contundente que el 90% de las patologías están provocadas por el estrés, el cual, aumenta notablemente el cortisol en sangre, y como consecuencia, produce una depresión importante del sistema inmunológico, que como bien sabemos, es determinante para cualquier estado patológico del paciente. Con esta afirmación, y ante la psicosis colectiva que se ha generado, estamos inmunodeprimido a la población en general, ya que, de alguna forma nos mantenemos en un estado de alerta constante, provocando que el cuerpo esté en simpaticotonía constante, aumentando notablemente dicho cortisol en sangre , y deprimiendo, insisto, nuestro sistema de defensas (imaginemos todos aquellos personas que a su vez, por las diferentes enfermedades que están padeciendo, se encuentran inmunodeprimidos; serían un  blanco perfecto para cualquier gripe, no sólo para el Coronavirus).

Esta afirmación, nos tiene que hacer reflexionar de cómo queremos vivir esta situación, con estrés permanente o desde la calma, sabiendo que el estrés mantenido en el tiempo, va a enfermar más a la población, y esa curva tan famosa que ya todos nos sabemos, costará más que se mantenga en unos valores razonables o incluso desaparezca, para comenzar de nuevo a reactivar nuestras vidas.

El otro de los científicos importantes y a tener en cuenta en esta crisis, es el biólogo británico Rupert Sheldrake. Se trata de un biólogo y autor de más de 90 artículos científicos; estudió ciencias naturales en la Universidad de Cambridge, donde fue becario del Clare College, obtuvo una doble licenciatura de primera clase y recibió el Premio a la Botánica Universitaria (1963). Luego estudió filosofía e historia de la ciencia en la Universidad de Harvard, donde fue becario Frank Knox (1963-64), antes de regresar a Cambridge, donde obtuvo un Ph.D. en bioquímica (1967). Fue miembro del Clare College, Cambridge (1967-73), donde fue Director de Estudios en bioquímica y biología celular. Como investigador de la Sociedad Real de Rosenheim (1970-73), realizó investigaciones sobre el desarrollo de las plantas y el envejecimiento de las células en el Departamento de Bioquímica de la Universidad de Cambridge.

Rupert Sheldrake habla de la teoría de la resonancia mórfica, y nos da una posible explicación científica a la interconexión que muchas personas perciben entre sí, a distancia. Sheldrake considera que existen campos mórficos, campos morfogenéticos de información, que van moldeando nuestra existencia como parte de una especie. Estos campos son invisibles, como lo es la gravedad, pero pueden ser observados por sus efectos. La resonancia mórfica es un principio de memoria en la naturaleza. Todo lo similar dentro de un sistema autoorganizado será influido por todo lo que ha sucedido en el pasado, y todo lo que suceda en el futuro en un sistema similar, será influido por lo que sucede en el presente. Se trata de una memoria en la naturaleza basada en la similitud, y se aplica a átomos, moléculas, cristales, organismos vivos, animales, plantas, cerebros, sociedades y, también, planetas y galaxias. Un aspecto importante de la resonancia mórfica es que estamos interconectados con otros miembros de un grupo social.  Los grupos sociales también tienen campos mórficos, por ejemplo, una colonia de hormigas.

Lo que haces, lo que dices y lo que piensas puede influir a otra persona por resonancia mórfica. Así que somos más responsables de nuestras acciones, palabras y pensamientos bajo este principio que lo seríamos de otra forma. No hay un filtro inmoral en la resonancia mórfica, lo que significa que debemos ser más cuidadosos de lo que estamos pensando, si es que nos importa el efecto que tenemos en los demás. Nuestros pensamientos, dentro de la teoría de Sheldrake, literalmente constituyen un medio ambiente que permea el planeta y pueden en cierta forma contaminarlo o depurarlo.

En el estado actual en el que nos encontramos tras la crisis del COVID-19, estamos creando a través de este pensamiento un campo mórfico, en relación a la enfermedad, por eso es importante empezar a cambiar la forma mental de abordar esta crisis, para salir cuanto antes de la psicosis colectiva que la misma está creando. Insisto, sin dejar de atender a todas las recomendaciones sanitarias que desde el colectivo científico están recomendando.

Si sumamos, por un lado, todo lo relacionado con el funcionamiento fisiológico del estrés que nos enseña en Dr. Bruce Lipton, al campo de resonancia mórfica que nos enseña el biólogo y bioquímico molecular Rupert Sheldrake, el resultado de esta ecuación es Pandemia.


¿Qué podemos hacer nosotros al respecto?

A parte de quedarnos en casa, sería conveniente hacer una buena puesta a punto de nuestro sistema de defensas a través de la toma de complejos polivitamínicos, prestando especial atención a las vitaminas A, E, C, B, Y D. Esta última Vitamina, la D es especialmente deficiente para un gran número de personas, y se ha encontrado últimamente su deficiencia incluso en personas jóvenes.

Todas ellas tienen efectos inmunomoduladoras y pueden mejorar las defensas del sistema inmunitario frente a amenazas de virus y bacterias. De todas ellas debemos también prestar especial atención a la vitamina C, la cual ha sido recomendada por múltiples científicos en China el uso de esta vitamina de manera intravenosa en dosis moderadas y altas en los pacientes con COVID-19, incluso a modo preventivo en el síndrome de distrés respiratorio agudo. Como en casa no es posible el uso a nivel intravenoso, lo que si podemos es buscar vía oral, cuál es nuestro nivel de tolerancia a la vitamina C, por tanto, se trata de ir tomando de manera progresiva cantidades de vitamina C. Otro de los suplementos que nos pueden ayudar son los ácidos grasos del grupo omega 3 y algunos minerales como el selenio y el zinc.

Dentro de la Fitoterapia también podemos dar algunos remedios coadyuvantes como la Equinácea, Ginseng, Shiitake, Maitake, Reishi, Uña de gato, Whitania, etc., que nos pueden ayudar a mantener nuestras defensas en óptimas condiciones.

No podemos olvidar las técnicas de relajación, yoga, Taichí, Qi Gong etc… que nos ayudan a mantener nuestros nivel energético, físico y fisiológico en forma.


Saludos a tod@s, y recordar que en momentos de crisis como la que estamos viviendo, al igual que en otras que hemos vivido (Vacas locas (años 90), Sars (2002), H5N1 Aviaria (2005), H1N1 Gripe porcina (2009), Ébola (2014), nos ayudará a elevar nuestra inteligencia emocional que tan olvidada la tenemos.

Francisco Cepas Carmona.